Dicen que la suerte va por barrios, pero cuando se tienta a la suerte una y otra vez es difícil, muy difícil que ésta te acompañe.
Los gestores del metro bilbaíno insisten en atacar a las víctimas más débiles, pero nuevamente se han encontrado con la horma de su zapato. El pasado día 6 de octubre, el juzgado de instrucción nº 7 de Bilbao desestima la querella que Metro Bilbao S.A. presentaba días antes contra Julio Ibarra a raíz del incendio de su despacho en la calle Navarra. Dicta que el hecho denunciado no es constitutivo de delito y por tanto, que el querellado (Julio Ibarra) no adquiere la condición procesal de imputado. Sin duda un nuevo traspiés para la dirección del metro, y lo mejor de todo una nueva victoria para Julio Ibarra. A esto se suma la renuncia de la letrada que representaba a Metro Bilbao S.A. subcontradada a un importante buffete bilbaíno.
Ya escribíamos en un “post” anterior como la nueva dirección del metro no asumía su derrota judicial en el affaire con Julio Ibarra, y llenos de ira intentaban llevar un conflicto supuestamente laboral al terreno de lo penal. Pues parece ser que por este frente tampoco han podido conseguir su objetivo.
Había una cosa que no encajaba. Si el nuevo y flamante Consejero Delegado inició su andadura en 2010... ¿como es posible que se obceque con un incendio producido hace ahora dos años? ¿Quién estaba detrás de todo esto? ¿Por qué tanta insistencia con dañar la imagen del ex-presentador de ETB?.
Todos estos interrogantes han pasado por nuestras cabezas en los últimos meses. Hemos tenido dudas y muchas suposiciones, de las cuales algunas serán ciertas y otras simplemente meras elucubraciones.
Pero después de tanto reflexionar y tras ver todos los acontecimientos hemos llegado a una conclusión, creemos que definitiva. Han intentado camuflar bajo un conflicto laboral una lucha de poder entre dos fuerzas políticas que si en principio partían unidas y con un mismo fin, poco a poco se han ido desmembrando y alejándose de su objetivo.
En nuestra opinión, poco antes de las elecciones al Parlamento Vasco, y en las intensas conversaciones entre las fuerzas políticas se pactó un reparto de puestos de libre designación en las principales empresas del país. Parece ser que uno de ellos era la Dirección de Comunicación y Marketing del suburbano. Pero erraron en el cálculo, ya que este puesto de trabajo no fue asignado “a dedo”, sino que se realizó tras su pertinente prueba de selección en “Campo & Ochandiano”.
Pero, ¿qué ocurre cuando desde lo alto de la pirámide se manda, se ordena, se ejecuta sin mirar a la base de la misma? Pues por lo general que se falla en el diagnóstico, se falla en el procedimiento y los resultados no son los esperados.
Y esto es lo que ha ocurrido en el caso de Julio Ibarra. Personajes políticos del pasado, y del presente, han pensado que podían hacer y deshacer a su antojo. Desde el rencor y el no perdonar al prójimo fueron introduciendo en esta batalla a sus peones en la Diputación, en ETB, en el Gobierno Vasco, en el Metro... pero no se dieron cuenta de que cuando no se tiene razón, el chantaje, la amenaza, la denuncia fácil y sin pruebas no sirven ante una persona que demuestre un mínim de dignidad.
Esta es nuestra opinión tras observar con detalle todos los acontecimientos. Han intentado huir hacia adelante pensando que la victoria estaba asegurada, han decidido saltar sin red, iban sobrados de poder y autoridad, pero por una vez la justicia les ha puesto los pies en el suelo. Les ha demostrado que no siempre gana el más fuerte. El problema suele ser que estas gentes no son de fácil confirmar, no suelen dar el brazo a torcer tan fácilmente y pueden seguir con esta huida hacia adelante sin querer asumir su derrota, porque al fin y al cabo están jugando con nuestro dinero, con dinero público y así es poco muy poco lo que arriesgan.
¿Pedirán su dimisión Ernesto Gasco o Jose Ignacio Prego? ¿Harán Gobierno Vasco o Diputación rodar cabezas ante tanto error? ¿Se pedirán responsabilidades políticas en Ibañez de Bilbao o en Alameda de Recalde? Seguramente no, como mucho pensamos que dejarán “que la mierda corra” y esperar un tiempo prudencial antes de volver a tocar este tema.
Mientras tanto, y una vez más, seguimos sonriendo, seguimos contentos. No lo podemos ocultar. Durante unos meses, largos meses, nos hemos puesto en la piel de quien tiene que estar pendiente de una decisión judicial, de quien ha pasado a ingresar las listas del paro, de quien ni siquiera le ha podido cobrar el finiquito... y cuando la razón se pone de la parte del más débil no nos queda nada mejor que poder lucir una amplia sonrisa, una sonrisa sin rencor ni maldad, simplemnete una sonrisa de satisfacción, ánimo, solidaridad y alegría.
Aupa Julio!!!!
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